The bard's song will remain
Myself, three personalities on my own
divendres, 14 de gener del 2011
One More Day to Fall Sleep
Blanca. Así se presentó ante mis ojos entrecerrados.
Inmensa. Ocupaba absolutamente todo mi campo de visión, mi reducido campo de visión aún borroso tras este medio despertar y este abrir de ojos incrédulo.
Alargué la mano temblorosa. ¿Qué podría ser eso que estaba a mi lado en la cama? El movimiento fue lento, pausado, calmoso, incluso se podría decir que tranquilo, pero mis nervios empezaban a parecer flores en primavera.
Una lluvia de nuevos colores a cada cual mas brillante y más llamativo que el anterior me recorrían todo el cuerpo por debajo de la piel. El trayecto se hizo eterno y una eternidad tarde en darme cuenta que simplemente mi mano no se movía, había llegado a esa blancura.
Mis ojos empezaban a enfocar pero algo hizo que los cerrase. Esa sensación melosa que acariciaba las yemas de mis dedos. Esa deliciosa tersura y suavidad y calidez. Mi menté voló un poco más allá de donde estaba, aquí tirado en la cama. Apareció en un nuevo mundo donde todo eran juegos de sombras y más sombras. Luces de velas y olores de aceites aromáticos e inciensos. Susurros. Roces de ropas. Escalofríos.
Mi mano.
Suavemente recorría de arriba a abajo esa deliciosa superficie lisa y tibia. Subía y descendía por suaves recortes en el horizonte. Sólo había Blanco y Negro.
Algo se removió muy dentro de mi conciencia, una sensación de agitación hizo temblar todo mi ser. Un terremoto. El horizonte se plegó sobre si mismo dando paso a una nueva formación.
La curiosidad llevó de nuevo mi mano a ese foco de luz en medio de la oscuridad. Otra vez encontré la tersura, calidez y suavidad antes mencionadas. Otra vez sombras sobre sombras. Susurros y roce de ropas. Calor y cansancio.
Fue en ese momento que caí dormido y empecé a soñar que escribía.
D.r.D
Inmensa. Ocupaba absolutamente todo mi campo de visión, mi reducido campo de visión aún borroso tras este medio despertar y este abrir de ojos incrédulo.
Alargué la mano temblorosa. ¿Qué podría ser eso que estaba a mi lado en la cama? El movimiento fue lento, pausado, calmoso, incluso se podría decir que tranquilo, pero mis nervios empezaban a parecer flores en primavera.
Una lluvia de nuevos colores a cada cual mas brillante y más llamativo que el anterior me recorrían todo el cuerpo por debajo de la piel. El trayecto se hizo eterno y una eternidad tarde en darme cuenta que simplemente mi mano no se movía, había llegado a esa blancura.
Mis ojos empezaban a enfocar pero algo hizo que los cerrase. Esa sensación melosa que acariciaba las yemas de mis dedos. Esa deliciosa tersura y suavidad y calidez. Mi menté voló un poco más allá de donde estaba, aquí tirado en la cama. Apareció en un nuevo mundo donde todo eran juegos de sombras y más sombras. Luces de velas y olores de aceites aromáticos e inciensos. Susurros. Roces de ropas. Escalofríos.
Mi mano.
Suavemente recorría de arriba a abajo esa deliciosa superficie lisa y tibia. Subía y descendía por suaves recortes en el horizonte. Sólo había Blanco y Negro.
Algo se removió muy dentro de mi conciencia, una sensación de agitación hizo temblar todo mi ser. Un terremoto. El horizonte se plegó sobre si mismo dando paso a una nueva formación.
La curiosidad llevó de nuevo mi mano a ese foco de luz en medio de la oscuridad. Otra vez encontré la tersura, calidez y suavidad antes mencionadas. Otra vez sombras sobre sombras. Susurros y roce de ropas. Calor y cansancio.
Fue en ese momento que caí dormido y empecé a soñar que escribía.
D.r.D
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